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Marzo 21, 2018

Ayrton Senna siempre vivo en la Fórmula 1

RacingFan Team

La Fórmula 1 se distingue de muchas de las disciplinas deportivas por los mitos que ha creado. Sobre todo, porque ha permitido que broten personajes singulares que marcaron la historia del deporte que han sido reconocidos de manera casi unánime.

Una cosa es ser un héroe y otra todavía más alta: un mártir.

Probablemente Ayrton Senna no fue el piloto de Fórmula 1 que más títulos ganó, pero la resonancia de su mito es mucho mayor que la de otros conductores que lo superan en palmarés. Se debe a su forma de adelantar, por su capacidad nunca igualada en pista durante las pruebas meteorológicas más difíciles y claro, por sus duelos llanta a llanta con Alain Prost.

Hay matices que determinan el valor de las grandes figuras y esto queda bien claro cuando se trata de Ayrton Senna el hijo bien amado de Brasil; a él se lo juzga por encima del gran deportista y se lo llega, incluso, a revalorar como un ser humano ejemplar. El de la excelencia.

Los méritos de Ayrton y también su epopeya, son tópicos que se han tratado a lo largo de miles de notas, así como de muchos libros que versan sobre la magia del paulista al volante. Resulta más sugestivo, por lo mismo, tratar de encontrar —hasta sirviéndose de la ficción— el influjo de Senna en los pilotos de esta época.

Lewis Hamilton lo hace recordar, porque al igual que AS, es un animal de raza pura nacido para la competencia. Racers sublimados, quienes, sin rivales en la pista suelen correr contra reloj de una manera escalofriante. Por algo están entre los más grandes dueños de las pole positions, desde 1950 hasta ahora.

La voluntad de triunfo, que en sus mejores momentos ha mostrado Sebastian Vettel parece calcadas de aquella que insufló siempre la conducta de Ayrton.

Max Verstappen tiene de AS la precocidad. Desde el primer contacto con los coches de alta velocidad, el holandés ha sido otro de los que se arrojan a experimentarlo todo. A tocar el límite y lo más interesante: a trasponerlo.

Daniel Ricciardo tiene por costumbre ser amable con todos. Y caer bien. El carisma que acompañó a AS era en otro tenor pero a nadie dejaba indiferente. Al australiano se le estima, al brasilero se lo llegó a amar; hizo de su carácter, un paradigma.

La obsesión en el deporte y su pasión, que lo llenaban de vida, fue lo que transformó a AS en una figura pública que siempre se va a venerar. Su tenacidad también es de ser considerada ¿quién la tiene semejante hoy? Robert Kubica. Si el tricampeón hubiera vivido, a como diera lugar, sin importar las heridas: ya estaría pugnando por subirse otra vez a un Fórmula 1.

La seriedad, el rigor. La frialdad y una cierta humildad para explicarse lo maravilloso que tuvo AS, la trae de nueva cuenta a colación, y a su manera Kimi Raikkonen. Nada de aspavientos.

Con Sergio Pérez se encontrarán semejanzas, en las dificultades que encara un latinoamericano para vivir entre los europeos y perder muchas cosas que se tienen en casa; entre ellas, el bullicio, para contra viento y marea, destacar en esta liga. Qué decir del sacrificio. Y mucho fue lo que le costó a AS llegar a la cúspide. Imponerse.

Fernando Alonso es un piloto que tiene que luchar cada año por encontrar el equipo y el coche que lo llevarán a lograr otra corona. Como lo fue la lucha desesperada de AS en sus últimos tres años de vida.

Corriendo bajo la lluvia. Aunque se ha visto todavía poco, Lance Stroll parece tener ese instinto refinado que hizo tan singular a AS.

No intimidarse ante el rival, ni siquiera contra el compañero de establo como lo hace Esteban Ocon, fue otro sino del tricampeón paulista.

Equivocarse, aprender del error; levantarse y seguir como lo hace Romain Grosjean y a su modo, Kevin Magnussen: obligan a recordar que la perfección es una cualidad que se busca con insistencia y paciencia, como lo pudo concretar Beco (su apodo, desde niño, y para los más íntimos).

También, la duda por lo que viene. Con la certeza de que se intentaría hacerlo bien y mejor con toda la devoción en la oportunidad que viniera, han sido otras de las cualidades que siempre caracterizaron al Mágico: tal vez esté muy cerca de la manera en la cual deben de pensar y en lo que anhelan: Carlos Sainz, Stoffel Vandoorne, Charles Leclerc, Sergey Sirotkin, Brendon Hartley o Pierre Gasly.

Y el reto permanente que los obliga a querer lo imposible, como es el caso de Valtteri Bottas, de Marcus Ericsson, o de Nico Hulkenberg: también fueron temas que atribularon a O Rei.

Una puntería prodigiosa y esa memoria privilegiada para enfrentar cada trazado nuevo al que iba llegando, parece ser que muy pocos de los mil pilotos que han visto las carreras de autos, lo enseñe así de evidente como lo mostraba Senna. Es cuestión de analizar mucho y esperar…

Las cualidades y las características que elevaron al trono de inmortal a Ayrton Senna se reflejan de una suerte u otra, en todos y cada uno de los corredores actuales. Pero todavía brilla más la luz del ídolo más grande que ha tenido la Formula 1, ahora que no hay un piloto brasileño en el Grid.

¡Feliz cumpleaños, Ayrton Senna!

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