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La Fórmula 1 vuelve este fin de semana en España, en el circuito de Montmeló, quince días después de un loco Gran Premio de Azerbaiyán, y con una incógnita en la mente de todos: ¿los incidentes ocurridos en Bakú habrán dejado alguna secuela?
El pasado año, el alemán Sebastian Vettel había reconocido que su choque con el británico Lewis Hamilton en Azerbaiyán y la reacción subida de tono que le siguió había sido uno de los episodios decisivos de la temporada.
Este año, la carrera ha dado otra vuelta de tuerca a su rivalidad. Aunque con dificultades desde hace tres Grandes Premios, el piloto de Mercedes se benefició de golpes de suerte para ganar y arrebatar por primera vez al piloto de Ferrari el liderato del Mundial, por sólo cuatro puntos.
Seguramente no hará falta nada más para volver a animar al vigente campeón del mundo. En cambio, Vettel ha tenido dos semanas para lamentar su ataque fallido, que le costó la segunda plaza y ha permitido a Hamilton superarlo en la clasificación del Mundial.
El compañero de escudería finlandés del británico, Valtteri Bottas, también ha tenido quince días para darle vueltas al pinchazo que le costó la victoria a tres giros del final de la carrera tras rodar sobre un escombro.
¿Y qué decir de los pilotos de Red Bull, el holandés Max Verstappen y el australiano Daniel Ricciardo, culpables de chocar tras un largo duelo fratricida?
¿Cómo está el ambiente en Red Bull ?
¿Volverán a tener la buena relación que los caracterizaba hasta ahora? ¿Su escudería dará consignas de no agresión, como hizo Force India el pasado año para poner fin a una rivalidad entre sus pilotos que quedó a la vista públicamente en la capital azerí?
No se ha hecho ninguna mención al incidente en el comunicado de presentación del Gran Premio de España transmitido por el equipo a la prensa a pocos días de la quinta carrera de la temporada.
Pero será difícil que Verstappen, Ricciardo y sus jefes puedan escapar a las preguntas en el paddock del circuito de Cataluña, en Montmeló.
Entre los decepcionados en Bakú, no hay que olvidarse del alemán Nico Hülkenberg (Renault), que se tuvo que retirar cuando parecía en posición de rivalizar con los Red Bull, equipados con el mismo motor.
También salió malparado el ruso Sergey Sirotkin, penalizado con tres posiciones en la parrilla de salida del Gran Premio de España por haber causado un choque en la primera vuelta. Su escudería recurrió, pero la apelación fue rechazada el martes.
Además de Hamilton, la lotería de Azerbaiyán también hizo feliz a algunos pilotos que intentarán alargar la racha positiva en Cataluña.
El mexicano Sergio Pérez (Force India), que subió al último cajón del podio en Bakú, el monegasco Charles Leclerc, que logró sus primeros puntos y confirmó los progresos con Sauber o el español Carlos Sainz, que firmó su mejor resultado con Renault (5º).