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La escudería de Fórmula 1 Force India, para la que corre el mexicano Sergio Pérez y que fue recientemente comprada por un consorcio de empresarios, terminará la temporada de 2018 con un nuevo nombre, Racing Point Force India, anunció este jueves la FIA.

"La Federación Internacional del Automóvil aceptó hoy, 23 de agosto, la inscripción a mitad de temporada de Racing Point Force India con efecto inmediato en el Mundial de Fórmula 1 de la FIA, conforme a los artículos 8.1 y 8.2 del Reglamento Deportivo de la Fórmula 1 2018", indica el comunicado.

Force India, enfrentada a dificultades económicas y que emplea a 400 personas, quedó en administración judicial el pasado 27 de julio.

Los administradores cerraron la venta de la empresa y de sus activos a Racing Point UK Limited, un consorcio de inversores liderado por el millonario canadiense Lawrence Stroll, padre de Lance Stroll, piloto de Williams.

El nombre de la escudería y la entidad jurídica asociada, firmante de los acuerdos comerciales de la Fórmula 1, no formó parte de la transacción, ya que ello habría obligado a los nuevos propietarios a asumir deudas demasiado importantes.

La antigua estructura, bautizada como Sahara Force India desde 2012, aceptó su exclusión del Mundial de 2018 con "efecto inmediato", precisa la FIA, y pierde los 59 puntos conseguidos en la clasificación de constructores gracias a sus pilotos, el mexicano Sergio Pérez y el francés Esteban Ocon.

Esos puntos no serán reatribuidos a Racing Point Force India.

Otmar Szafnauer fue promocionado de director de operaciones a Team Principal.

"Me alegro de la entrada en liza a mitad de temporada de Racing Point Force India", indicó Jean Todt, presidente de la FIA.

Force India quedó bajo administración judicial el pasado 28 de julio tras un procedimiento impulsado por su piloto mexicano Checo Pérez, ya que no se había cubierto con los pagos a algunos empleados, proveedores y acreedores.

El indio Vijay Mallya, expropietario del equipo amenazado de extradición a su país, está acusado principalmente de blanqueo de dinero y permanece en el Reino Unido. Trece bancos de su país le reclaman más de mil millones de euros.

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