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Los autos se han convertido en uno de los protagonistas más divertidos de los largometrajes y su éxito se ha hecho notar en las audiencias. A lo largo de la historia han desfilado autos como el Ford Mustang que conducía Steve McQueen en Bullit, hasta coches de fantasía como el acróbata del último Batman, el delirante Cadillac de los Cazafantasmas o el DeLorean de Volver al futuro, pasando por los coches tuneados de la saga Rápido y furioso o los caprichos de Nicolas Cage en 60 segundos.

Y hay que aceptarlo, todos aquellos cinéfilos que aman la combinación de palomitas con aceite no vegetal, es decir de motor, o que deciden sustituir la palabra “Meta” en lugar de “Fin” agradecen las más espectaculares escenas que las máquinas automotrices más poderosas ofrecen cada año en la pantalla grande.

Terminó el 2017, pero nos ha dejado una destacable lista de películas en torno a poderosos motores, es por eso que para salirnos del esquema tradicional hemos decidido realizar un listado de los autos que vimos este año en la pantalla grande.  

Rápidos y furiosos 8

La amen o la odien, la franquicia de Rápidos y furiosos se ha sabido mantener en el gusto del público a lo largo de 16 años y conforme pasan las películas incluso ha incrementado su base de fans. Es decir, los responsables de la saga le dan mantenimiento a cada cinta y se fijan que el motor siga a toda velocidad, como si fuera un buen auto. En la octava entrega de la saga los carros modificados son nuevamente los protagonistas de una historia en donde el personaje Toretto (Vin Diesel) conduce su clásico Dodge Charger, mientras que el gigante Luke Hobbs (Dwayne Johnson) aparece al volante de un poderoso Ice Ram. Además de esos superautos, el espectador también podrá deleitarse con los clásicos que aparecen durante las escenas en La Habana, como un Chevrolet Fleetline de 1949 y un Ford Custom Coupé de 1956.

La suerte de los Logan

Desde que Steven Soderbergh, el director de la saga Ocean's (Eleven, Twelve y Thirteen), anunciara su retirada en 2013 muchos daban por muerta su carrera, pero sólo pasaron cuatro años para que el realizador nos sorprendiera con un registro inusual en su filmografía. Soderbergh regresó a la gran pantalla con La suerte de los Logan, una historia de carreras de coches y perdedores natos que toman la alocada decisión de cometer un atraco durante una prueba de la NASCAR, la categoría automovilística más popular de Estados Unidos.

Para perpetrar el golpe en el circuito del Charlotte Motor Speedway, los pueblerinos Jimmy (Channing Tatum) y Clyde Logan (Adam Driver) cuentan con la ayuda de su hermana pequeña, Mellie (Riley Keough), una peluquera obsesionada con los coches, y el excéntrico experto en demoliciones Joe Bang (Daniel Craig). Sólo hay un pequeñísimo problema: Bang está en la cárcel. Así pues, Jimmy y Clyde idean un plan para sacarlo de la prisión.

Baby Driver

Es la última entrega de Edgar Wright, uno de los directores británicos abastecidos de suficiente combustible creativo para nunca pasar inadvertido al ofrecer filmes como Scott Pilgrim vs. the World (2010). Baby Driver significa un paso adelante en la carrera de Wright y es una audaz trama escrita por él mismo, que gira alrededor de un joven conductor (Ansel Elgort) que trabaja como chofer de atracos del crimen organizado a bordo de un Impreza WRX, un Chevy Caprice 1980 y un Dodge Challenger. Al mismo tiempo intenta conquistar a la chica de sus sueños, Deborah (Lily James). A eso sumemos su notable capacidad al volante, que sincroniza con un arsenal musical que escucha en su reproductor personal mientras maneja. Así tenemos una cinta del género noir pop con base en una banda sonora compuesta por 35 canciones al servicio de las explosivas secuencias de acción en las que también destacan las actuaciones de Jamie Foxx, John Hamm, Jon Bernthal, Eiza González y el caído en desgracia Kevin Spacey.