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El tiempo no perdona. Es común pensar que aún falta mucho para que un evento o compromiso se lleve a cabo, y cuando llega el gran día, pensamos: “Que rápido pasa el tiempo”. Aún recordamos el momento cuando el piloto Fernando Alonso anunció su participación en las 500 Millas de Indianápolis; pensábamos que aún faltaba mucho para ser testigos de esa gran proeza, pero el gran día está por llegar.

Este año, se disputará la 101ª edición de esta mítica prueba y es evidente que la velocidad, el peligro y la emoción, son ingredientes que se viven año con año en las 500 Millas de Indianápolis. Desde las clasificaciones, nos ha ofrecido buenas expectativas de lo que podremos ver este fin de semana.

   

El gran invitado: Fernando Alonso

Los reflectores se enfocaron a las 500 Millas de Indianápolis tras el anuncio del piloto español. Alonso, se convirtió en el debutante más rápido en clasificar para esta competencia, al ser uno de los seis volantes en superar las 231 millas por hora de promedio, algo que no ocurría desde que el piloto Stewart, incendiara la pista en 1996.

El español, quien clasificó en quinto lugar, se ha mostrado satisfecho con el trabajo de aprendizaje durante este mes. Manejó por primera vez en un circuito de tipo óvalo, pero reconoció que tuvo la posibilidad de asegurar la pole position.

Alonso, busca cosechar más triunfos y este domingo puede convertirse en el décimo piloto en ganar la competencia en condición de novato, mientras continúa en su intento por ganar la segunda de las “joyas” de la Triple Corona del automovilismo (Indy 500, Gran Premio de Mónaco y las 24 Horas de Le Mans).

   

Las historias que rodean a una de las “joyas” de la Triple Corona del deporte motor, siempre lo hacen muy emotivo, sin importar que arranquen en primero, décimo o último lugar, o si reciben la inesperada invitación de correr. Cuando aseguran su lugar, la satisfacción es inmensa. Cuando logras la pole position, vives con el prestigio de ser el más veloz durante una semana.

Conocer su historia siempre hace ver de una forma diferente esta gran fecha, pero no te agobies, sí, es extraordinario y muy recomendable saber por qué hay una yarda de ladrillos (la famosa Brickyard) en la recta de meta, o por qué extraña razón el ganador bebe leche al finalizar la prueba, o admirar el exuberante Borg Warner (el trofeo que luce el ganador), con la imagen en relieve de la cara de los 100 ganadores de la mítica carrera. Nosotros te ayudamos a descifrar esos secretos que rodean las 500 Millas de Indianápolis.

  • Ray Harroun, ganó la primera Indianápolis 500, en 1911, en seis horas, 42 minutos y ocho segundos.
  • La pista tiene una longitud de 2.5 millas y originalmente el pavimento era de ladrillos, por eso el nombre de Brickyard. Hoy en día, sólo la línea de meta conserva los ladrillos.
  • El ganador de las 500 Millas de Indianápolis tiene un premio especial al ver su rostro grabado en el trofeo Borg-Warner, que fue puesto en servicio en 1935, por la Borg-Warner Automotive Company, una empresa americana dedicada a la fabricación de autopartes. Louis Meyer, fue el primer piloto en recibir este trofeo en 1936.
  • Nueve pilotos novatos han ganado las 500 Millas de Indianápolis: Ray Harroun (1911), Jules Goux (1913), Rene Thomas (1914), Frank Lockhart (1926), George Souders (1927), Graham Hill (1966), Juan Pablo Montoya (2000), Helio Castroneves (2001) y Alexander Rossi (2016).
  • Troy Ruttman, es el piloto más joven en ganar la competencia, esto lo hizo en la edición 36 cuando se impuso con 22 años y 80 días.
  • El piloto estadunidense, Al Unser, es el piloto que con mayor edad ha ganado las 500 Millas de Indianápolis, eso lo hizo a los 47 años y 360 días, el 24 de mayo de 1987, en la edición 71 de la carrera.
  • Nueve mujeres han competido en las 500 Millas de Indianápolis: Janet Guthrie (1977-1979), Lyn St. James (1992-1997, 2000), Sarah Fisher (2000-2004, 2007-2010), Danica Patrick (2005-2011), Milka Duno (2007-2009), Ana Beatriz (2010-2012), Simona de Silvestro (2010-2012), Pippa Mann (2011, 2013-2016) y Katherine Legge (2012).
  • Las 500 Millas de Indianápolis, no se han celebrado siempre de forma anual. La carrera no tuvo lugar en 1917-1918 y 1942-1945, debido a la participación de Estados Unidos en las guerras mundiales.
  • Al final de las 500 Millas de Indianápolis, el ganador bebe un litro de leche, costumbre que inició en 1936, cuando Louis Meyer, pidió beber este líquido para saciar su sed, al utilizarlo como suero. Los ejecutivos de la Milk Foundation intentaron que se convirtiera en costumbre, pero no lo lograron del todo, pues entre 1947 y 1955 se interrumpió la costumbre, sin embargo, se retomó en 1956 y permanece hasta hoy.
 
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