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El ítalocanadiense Sergio Marchionne, emblemático patrón de Fiat Chrysler (FCA) fallecido el miércoles a los 66 años, fue también el impulsor del regreso de Ferrari a la primera línea de la Fórmula 1 el pasado año, después de una década con más sombras que luces.

Marchionne no era únicamente el hombre que salvó de la quiebra a Fiat, donde tomó los mandos en 2004, remodelando profundamente el grupo.

Menos de tres años después de su llegada en septiembre de 2014 a la presidencia de la célebre escudería de F1, en sustitución de Luca di Montezemolo, la Scuderia fue de nuevo capaz en 2017 de pelear por los títulos mundiales, que se le escapan desde 2007 en la categoría de pilotos y desde 2008 en la de constructores.

"Sergio hizo un trabajo colosal para la industria del automóvil y para el deporte automovilístico en el mundo. Se dedicó a enderezar al grupo Fiat-Chrysler y puso toda su energía para devolver a la Scuderia Ferrari a la cima", reaccionó en un comunicado el presidente de la Federación Internacional del Automóvil (FIA), Jean Todt.

"Era un gran líder, no sólo en la Fórmula 1 y en el automóvil, sino también en el mundo de los negocios en general", afirmó en otro comunicado el patrón de la F1, Chase Carey.

Para el máximo dirigente de la escudería rival Mercedes, Toto Wolff, "es un día triste para la Fórmula 1", considerando que Marchionne fue "un competidor feroz, un aliado y un amigo".

Un dirigente comprometido 

Si bien el año pasado el triunfo fue para Mercedes y para su piloto inglés Lewis Hamilton, Ferrari, con el alemán Sebastian Vettel como principal baza, se presenta en este 2018 como la primera fuerza del paddock, por primera vez desde el paso al motor turbo híbrido en 2014.

La Scuderia ha tenido problemas con ese cambio en la reglamentación, llegando a terminar en cuarto lugar en la clasificación de constructores en la primera temporada de esa nueva era.

Después ha ido recuperando el terreno perdido bajo el impulso de Marchionne, que se rodea de importantes talentos, empezando por el nombramiento como Team Principal en noviembre de 2014 del italiano Maurizio Arrivabene.

En 2015, el equipo de Maranello volvió a ser la segunda fuerza de la parrilla y Vettel ganó tres carreras, terminando tercero en el Mundial.

Marchionne estaba muy implicado y seguía las elecciones de los pilotos, apoyando principaomente la carrera del monegasco Charles Leclerc, alumno de la Ferrari Driver Academy (la filial de jóvenes pilotos de la Scuderia), que llegó a la Fórmula 1 esta temporada con Sauber.

También hizo posible el acuerdo que condujo a añadir al nombre de Sauber el de otra marca de su grupo, Alfa Romeo, a cambio del suministro a partir de 2018 de un motor Ferrari de última generación para ese equipo suizo.

Fuera de los circuitos estaba aliado con los dirigentes de Mercedes en el pulso contra los nuevos propietarios de la F1, los estadounidenses de Liberty Media, y la FIA, que desean hacer la disciplina más igualitaria a partir de 2021 con una limitación de los presupuestos.

Marchionne llegó incluso a amenazar con retirar a Ferrari de la categoría reina. Algo impensable para muchos, ya que la Scuderia nunca abandonó la F1 desde la temporada inaugural en 1950.

Desde finales de junio, Marchionne estaba hospitalizado en Suiza, oficialmente por una operación en un hombro, pero la pasada semana sufrió "complicaciones inesperadas".

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