Por: Renato Vega Imagínense que son pilotos de la Fórmula 1, para Mercedes AMG F1. De por sí la presión es alta. Ahora resulta que debes conducir un monoplaza rapidísimo como un pro, y aparte estar al tanto del estado mecánico del mismo, pero pobre de ti si tu equipo decide comunicarte que tu auto se encuentra en mal estado… Pues esto fue lo que le sucedió al piloto alemán Nico Rosberg durante el último Gran Premio en Gran Bretaña. De hecho provocó un poco del revuelo y drama que tanto necesitamos en la escena de la Fórmula 1.
Porque manejar un monoplaza no es desafío suficiente
Los pilotos y el equipo se pueden comunicar cuando existe un error crítico en sus monoplaza, pero, para discutir la solución, el piloto debe ir a los pits y tomar una decisión rápida entre si debe arreglar el auto o retirarse. En resumidas palabras, pueden comunicar el hecho de que hay un error, pero el porqué y la solución no pueden ser discutidos mediante la radio. Así es, algo que no sólo les ahorraría estrés extra y una revoltosa parada en los pits, se les niega por… nadie sabe muy bien por qué, se argumenta seguridad, o tal vez los ejecutivos piensan que a los fans nos encanta ver a los pilotos ir a los pits. Estas ridículas restricciones no sólo le costaron a Nico Rosberg una penalización de 10 segundos. ¿Recuerdan el accidente que nuestro apreciado piloto mexicano, Sergio “Checo” Pérez tuvo en Austria?, se debe a que el equipo no pudo informarle de la mala condición de sus frenos. Lo bueno, es que cuando algo enfurece a la comunidad y a los pilotos de la F1, los cambios se suelen hacer de manera rápida –recordemos las regulaciones de 2017–, así que podemos tener fe en el hecho de que las cosas pueden cambiar muy pronto.
Como dice Sebastian Vettel sobre este asunto: “Estas restricciones son una mi****”.