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Cuando la FIA World Endurance Championship corrió en las pistas por primera vez en marzo de 2012, marcó el amanecer de una nueva era en las carreras de resistencia. Sólo cuatro temporadas más tarde, algunos de los fabricantes de automóviles más prestigiosos y exitosos del mundo, incluyendo Aston Martin, Audi, Corvette, Ferrari, Ford, Porsche y Toyota, se unieron al serial técnicamente más relevante en las disciplinas del automovilismo. La WEC compite en cuatro continentes y transmite el “Espíritu de Le Mans” a los aficionados del automovilismo del Reino Unido, Bélgica, Alemania, México, Estados Unidos, Japón, China y Bahrein (además de quienes lo siguen a distancia). La piedra angular del Campeonato, las 24 Horas de Le Mans, es la tercera parada del serial, en la que se reúne a la crème de la crème de las competencias internacionales de resistencia, hoy por hoy establecida como la la mayor carrera deportiva del mundo.
Es fácil sintonizarse con el Campeonato Mundial de Endurance, casi como con la F1, sobre todo si te gustan las carreras con variedad de sonidos, forma y tecnología de los competidores. Sin embargo, la historia nos dice que las carreras de resistencia son un mal espectáculo deportivo, dya que los coches deben ser manejados en lugar de golpeados hasta el final de la carrera, o porque después de un tiempo es difícil saber quién va en qué vuelta. Pero a veces ése es el problema de la historia: reside en el pasado. Resistencia de nervios
Después de disfrutar carreras de 200 vueltas, muchas veces sólo un Nostradamus podría predecir al ganador con precisión (que muchas veces se revela hasta la vuelta 199). En los últimos años no ha sido raro disfrutar carreras en las cuales el ganador triunfa con menos de 5 segundos entre él y el segundo lugar.
Todo esto resulta del orden bastante sobresaliente en la WEC. Otra comparación con la F1 es que ésta se ajusta a un libro de reglas tan prohibitivo, con un tremendo número de limitantes, que ocasiona que los ingenieros se frustren fácilmente. Pero en el mundo de las carreras de resistencia más del 90 por ciento del auto se diseña. En la WEC hay coches con cuatro, seis y ocho cilindros, de aspiración normal y de inducción forzada, de diesel y de energía de gasolina y sistemas híbridos accionados por el volante, las baterías y los súper capacitores.
Categorías
Pero en la WEC no todo son coches LMP2. Existen cuatro categorías dentro de Le Mans y corresponden a tres tipos de coche. Las categorías son LMP1 (Le Mans Prototipo 1), LMP2 (Le Mans Prototipo 2), GTE PRO (Gran Turismo Endurance Profesional) y GTE AM (Gran Turismo Endurance Amateur). A su vez, la categoría máxima, la LMP1, se divide en dos subcategorías, LMP1-H (Le Mans Prototipo 1 híbrido), y la LMP1 “normal” (sin tecnología híbrida).
De esta manera en las categorías GTE sobresalen los atronadores Aston Martins, Porsches que aúllan y Ferraris que parecen haber llegado a niveles notablemente similares de competitividad con los de la F1. Y tampoco es como si los coches de la F1 fueran mucho más rápidos que los coches LMP1. Y recordemos que los coches de la WEC son diseñados para durar más de 24 horas en lugar de menos de dos.
Por esto y más parece que el público disfruta cada vez más de la WEC (si no es que del automovilismo en general, gracias a este serial, los avances de la Fórmula E, la impresionante batalla por el título de la F1 entre Hamilton y Rosberg o, en ámbitos locales, carreras como las de los Tractocamiones en la Súper Copa Telcel). Recientemente terminó la WEC 2016, pero aguardamos con ansias la nueva temporada. Hoy por hoy la espera es la verdadera resistencia.