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Dejar atrás "el peor fin de semana en mucho tiempo": Mercedes y su estrella británica Lewis Hamilton corren en casa en el Gran Premio de Gran Bretaña este fin de semana, con el objetivo de recuperar el liderato del Mundial, y sobre todo, olvidar el desastroso GP de Austria.

"Estamos decididos a pelear con tesón en casa para volver a tener un resultado sólido, digno del nivel de las actuaciones de nuestros pilotos, de la pasión de nuestros aficionados y de la marca Mercedes", prometió el patrón de las 'Flechas Plateadas' Toto Wolff.

"Cuando tumban a uno, se puede quedar en el suelo o levantarse y pelear aún más fuerte. Estoy preparado para pelear", clamó por su parte Hamilton en Instagram.

Lo cierto es que lo ocurrido en Austria fue particularmente cruel para la escudería con base en Brackley, muy cerca del circuito de Silverstone (Inglaterra).

"Antes de la carrera de Spielberg, algunas personas en el paddock me dijeron que sería fácil lograr el doblete porque disponemos del coche más rápido" gracias a evoluciones en el motor y en el chasis especialmente eficaces, recuerda Wolff.

Doble abandono y error estratégico 

"Pero aunque el resultado de las sesiones clasificatorias fue bueno [Mercedes logró los dos primeros puestos en la parrilla], es el domingo lo que importa", lamentó. Y el domingo pasado nada salió bien para las Flechas Plateadas.

Todo comenzó en la vuelta 14 con el abandono de Valtteri Bottas, por problemas con la presión hidráulica, que perturbó el funcionamiento de la caja de cambios y desencadenó el coche de seguridad virtual (VSC).

Contrariamente al conjunto de sus rivales directos, Mercedes no aprovechó para llamar a Hamilton a boxes para realizar el cambio de neumáticos, condenándole a perder la cabeza de carrera cuando realizase su pitstop.

A este preocupante error estratégico, que recuerda al cometido durante el GP de Australia, se añadió el abandono del cuádruple campeón del mundo británico en la vuelta 63 por una caída en la presión del combustible.

Más allá del impacto en la moral de las filas de Mercedes, este doble abandono, inédito desde el choque de Hamilton y su entonces compañero alemán Nico Rosberg en España en 2016, tuvo consecuencias en el Mundial.

Al alza Ferrari y Verstappen 

Hamilton, que contaba con 14 puntos de ventaja sobre Vettel al frente del Mundial de pilotos, vio al alemán escalar al liderato por un punto, mientras que Bottas cayó del cuarto al sexto puesto. La Scudería se puso además líder de la clasificación de constructores con 10 puntos más que Mercedes.

En el momento de abordar esta tercera carrera en tres semanas (lo nunca visto en 68 temporadas de F1), Ferrari llega con una inercia positiva, al igual que el holandés Max Verstappen (Red Bull), ganador en Austria, donde su compañero Daniel Ricciardo también se vio obligado a abandonar por avería.

Para McLaren, por contra, las perspectivas son menos halagüeñas. La escudería de Woking anunció el miércoles la dimisión de su director de competición, el francés Eric Boullier, sustituido por un triunvirato compuesto por Simon Roberts, director de aprovechamiento de McLaren Racing, el ingeniero Andrea Stella así como el expiloto y dirigente del equipo Gil de Ferran.

"Estos cambios son el inicio de un programa completo de regeneración en el seno de la dirección técnica de McLaren", explicó el equipo de Fernando Alonso.

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