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Hace apenas unos meses se anunciaba la creación de la Roborace, una categoría destinada a vehículos autónomos en la que los protagonistas iban a ser los ingenieros y no los pilotos. Muchos pensaron que esa idea tardaría muchos años para ver la luz, otros tacharon a la idea como descabellada y los más conservadores seguidores del deporte motor lo rechazaron.

Sin embargo, cada día es más factible ver coches autónomos capaces de rodar a alta velocidad en los circuitos en los que la Fórmula E compite. El primer paso, dejar atrás al DevBot, un vehículo basado en un Ginetta LMP3, que era el encargado de realizar demostraciones. Su última aparición fue en el ePrix realizado en Buenos Aires, en donde demostraron que el algoritmo de conducción autónoma había mejorado, llegando a alcanzar velocidades de 184 km/h.

Es hora de jubilar al BevBot y dar paso a la nueva generación. ¡Por fin el debut público del prototipo Robocar llegó! El ePrix de París fue testigo de las carreras que en un futuro no muy lejano vamos a poder disfrutar. En el trazado situado en Les Invalides, el coche protagonista de esta categoría demostró que todo empieza a cobrar sentido, tanto a nivel de su mecánica eléctrica, como a nivel de hardware y software.

Sólo falta pulir los detalles

Bien es cierto que el Robocar rodó a baja velocidad durante su exhibición e incluso tuvo un pequeño percance a la hora de encarar una de las curvas, pero la prueba se puede catalogar como un éxito, al menos para los asistentes testigos del futuro, hoy.

Robocar, sí ofrece la sensación de ser un vehículo eléctrico y autónomo, toda vez que no hay opción real para que un piloto se ponga en sus mandos. De momento, los responsables de la Roborace están satisfechos, aunque esperan mejorar el algoritmo de funcionamiento. Se espera que las semanas de prueba favorezcan el avance de un proyecto que ya cuenta con un segundo coche, decorado en color plata, que se pudo ver en París.